Una de las sagas literarias que más me gusta empieza cada libro con la siguiente estrofa:
«La Rueda del Tiempo gira y las Eras llegan y pasan, dejando tras de sí recuerdos que se convierten en leyenda. La leyenda se difumina en mito e incluso el mito se ha olvidado mucho antes que la Edad que lo vio nacer retorne de nuevo. En una Edad, llamada la Tercera Edad por algunos, una Edad que ha de venir, una Edad transcurrida hace mucho, comenzó a soplar un viento en las Montañas Funestas. El viento no fue el inicio, pues no existen comienzos ni finales en el eterno girar de la Rueda del Tiempo. Pero aquél fue un principio.» (Robert Jordan, El despertar de los héroes)
En mi historia como en la de dicho libro hubo un principio, el día en que decidí convertirme en Chef Personal o inaugurar Mejor en Casa, un servicio de cocinero a domicilio.
A lo largo de estos siete meses he vivido momentos muy especiales, algunos en el ámbito laboral, otros en el personal. No olvidaré en mi vida el panzón a trabajar que supuso la presentación del menú en Santpedor. Fueron 14 horas seguidas cocinando sin parar con una sonrisa de satisfacción mientras estaba de pie frente a los fogones. Fue todo un éxito y el verdadero principio de la historia de Mejor en Casa, podéis verlo con vuestros ojos en el video que encabeza la entrada pues son las instantáneas que nos fueron robadas a lo largo del día por Ana Penya y Noemí Jansana.
De ese día sacamos un montón de cosas en su gran mayoría buenas, satisfacción personal y nuestro logo así como nuestra tarjeta que nos diseñó Ana Toro y creo que a la primero hizo un bulls-eye.

Desde ese día ha habido otros momentos para atesorar, la primera mesa. Mónica quería celebrar su cumpleaños en casa y se decidió apostar por la experiencia. Tener un cocinero en casa puede ser algo nuevo y abrirte los ojos a lo que puedes conseguir en tu cocina y sin duda Mónica no perdió detalle de lo que ocurrió aquella tarde de viernes en su casa. Por dentro yo estaba peor que la gelatina Royal pero al acabar la noche volví a casa habiendo compartido a mi manera el cumpleaños de una pareja majísima y sabiendo que el proyecto estaba bien encaminado.
Poco a poco los días eran arrancados del calendario y más mesas llegaron y se fueron, compartiendo todas ellas una sensación. La sensación de compartir a través de mis platos una velada o un mediodía especial. Otro momento especial: cuando llamó Mireia. Mireia es una amiga de mi infancia que quería que le preparase su aniversario. Dos días de test nos llevaron a configurar nuestra carta para piscolabis.
Una de las cosas que más estoy disfrutando de esto de ser un cocinero a domicilio es el llevar el blog de Mejor en Casa, no sólo por hacerme compartir con Ana, no la diseñadora sino mi novia más tiempo del que jamás hubiera imaginado y cocinar para ella cuando preparo entradas para el blog, sino por permitirme expresar y compartir con todos vosotros mi acercamiento a la cocina, mis puntos de vista, que es lo que me impulsa a cocinar. Por obligarme a leer recetarios en busca de ideas, paginas web y biografías de alguno de los cocineros más conocidos de la historia.
Cosas que recordaré de por vida, muchas, el día que nos grabó La Vanguardia, mi corazón latiendo que casi explota con la primera llamada, la cena de Navidad en casa por primera vez en años, aunque estuvieramos al pié del cañón el resto de días festivos; el primer post, cuando al cenar uno de mis clientes pidió matrimonio a su pareja,…
Hay muchas cosas que cambiarán en Mejor en Casa
Deja un comentario